A 64 años de la mal llamada Revolución Libertadora y el Bombardeo en Plaza de Mayo

Foto: CNN.

El odio por brindar derechos a la clase trabajadores y por pasar a muchas familias de una clase pobre a una clase media fue el motor impulsor del "gorilaje" dentro de las Fuerzas Armadas que llevó a bombardear cobardemente la Plaza de Mayo y la Casa Rosada ese 16 de Junio de 1955 tan trágico que aún sigue guardado de la memoria de muchas personas que no olvidan.

Felipe Pigna, en su portal "El Historiador", nos cuenta los hechos acontecidos en esta fecha, indicando que "la oposición activa contra Perón comenzó a gestarse hacia 1951, cuando sectores cívico-militares autodenominados Comandos Civiles desarrollaron acciones de sabotaje que si bien hicieron más ruido que daño, constituyeron un síntoma temprano de lo que tomaría cuerpo cuatro años más tarde, cuando el 16 de junio de 1955 se produjo el fallido bombardeo a Plaza de Mayo con la intención de matar a Perón".

El prestigioso historiador habla también sobre los acontecimientos que antecedieron, donde "Perón, congelada la política de “mano tendida” ensayada tras la crisis de junio, regresaba a sus prácticas de discursos explosivos frente a sus seguidores. El 31 de agosto, frente a una multitudinaria concentración popular, convocaba a los peronistas a ejercer la justicia por mano propia con la fórmula del “cinco por uno”, que invitaba a quintuplicar las muertes de los opositores por cada uno de los propios en las luchas presentes y por venir."

"Esta actitud alteró los ánimos de la sociedad y cada bando comenzó a velar sus armas. A principios del mes siguiente, varios mandos militares pasaron a una clandestinidad preparatoria de una inminente asonada militar, mientras el día 7 la CGT propiciaba formalmente la formación de milicias obreras armadas para defender a su gobierno", agregó.

El 16 de Septiembre de 1955

Finalmente, el  16 de septiembre de 1955, las Fuerzas Armadas iniciaron en Córdoba un movimiento destinado a derrocar a Perón, con la complacencia de un amplio espectro de partidos que iban desde el más tradicional conservadurismo hasta el Socialista. Parecía que la vieja Unión Democrática revalidaba sus títulos y pretensiones.

A la cabeza de la revuelta se hallaba el general Eduardo Lonardi, quien a las cero horas del 16 dio la luz verde a los insurrectos. El primer objetivo, la toma de la Escuela de Infantería de Córdoba, se logró tras una dura lucha de casi ocho horas de combate. Para las primeras horas de la tarde, los insurrectos controlaban varias radioemisoras y comenzaban a difundir por el país proclamas golpistas.

Mientras tanto, las guarniciones cuyanas adhirieron al movimiento y otros alzamientos militares se reprodujeron en varias provincias. Incluso algunas fracasaron, como la comandada por el general Pedro Eugenio Aramburu en Curuzú Cuatiá, quien fue rodeado por tropas leales y obligado a huir.

La Marina, por entonces comandada por el almirante Isaac Rojas, se apostó, según lo convenido con sus colegas del Ejército, con varias naves bloqueando Buenos Aires y amenazando con volar los depósitos de combustible de La Plata y Dock Sud.

El levantamiento naval en Río Santiago fue duramente reprimido por tropas del Ejército y aviones de la Fuerza Aérea.

El golpe militar en marcha daba muestras de seriedad y coordinación, pero no lograba librarse plenamente de la resistencia de los sectores aliados. Incluso la acción de los Comandos Civiles, preparados para tomar las emisoras radiales de la Capital fueron eficazmente repelidos por la Policía Federal.

Una de las imágenes más horribles de esta fecha fue en el símbolo que los aviones, que produjeron los bombardeos, llevaban pintada: una cruz con un V debajo, que da a entender la frase "Cristo Vence", sumando a la Iglesia Católica a este levantamiento y convirtiéndolo en un golpe cívico-militar, como antecedente al sucedido luego en 1976.


Foto: Catamarco.

Como resultado del ataque, más de 800 heridos y más de 300 personas fallecieron, entre ellas, un grupo de 40 niños que, según el documental de Leonardo Favio, "Perón, Sinfonía de un Sentimiento", los habían premiado, venían a conocer Buenos Aires e iban a conocer al entonces presidente Juan Domingo Perón.



A pesar del trágico día vivido, y de los que sucederían entonces, Perón continuó en su gobierno, peró "la situación giró bruscamente cuando al mediodía de aquel 19 de septiembre, Perón hizo pública una carta donde aceptaba renunciamientos personales para evitar un enfrentamiento sangriento. El anuncio, que en su ambigüedad no hablaba de ceder el ejercicio de la presidencia, dejó desarmadas a las fuerzas leales y alentó a los rebeldes", indica Pigna en su portal de historia.

"El 23 de septiembre, mientras Perón partía hacia el exilio a bordo de una cañonera paraguaya, una multitud compuesta mayoritariamente por sectores de clase media y alta, colmó la Plaza de Mayo para aclamar al nuevo presidente provisional, el general Eduardo Lonardi, que anunciaba  desde los balcones de la Casa Rosada que no había “ni vencedores ni vencidos”, comparte el sitio "El Historiador" sobre el fin del segundo gobierno de Perón a partir de la Revolución, mal llamada "Libertadora".

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